“Me duelen los huesos, parece que va a llover.” Muchas
veces hemos oído esta frase en boca de pacientes reumáticos. ¿Realidad o
habladurías populares? ¿Poseen estos pacientes alguna especie de sexto sentido?
¿Tiene la medicina alguna explicación para este fenómeno? ¿Puede la
fisioterapia ayudar a combatir estos molestos dolores? Vamos a profundizar en
este curioso fenómeno e intentar darle una explicación.
TERMÓMETROS
HUMANOS
Llega Julio y con él los cambios bruscos de temperatura.
Un año más toca enterrar abrigos y paraguas del fondo del armario y prepararse
para el buen tiempo.
Para los pacientes con artrosis, artritis o cicatrices
mal curadas estas fechas son especialmente agradecidas; adiós al frío que viene precedido
por fuertes dolores y molestias en las articulaciones. Horas, o incluso días
antes de una tormenta, un reumático puede sentir cómo esta se avecina en sus
articulaciones. La inflamación, rigidez articular o el dolor empeoran
convirtiéndolos de esta desagradable manera en auténticos “termómetros humanos”
que rara vez se equivocan.
Artrosis |
Así lo confirma el doctor Stephen Makk, miembro de la
Sociedad Americana de Cirugía Ortopédica, que bromea al respecto diciendo que
“las cadenas de televisión deberían cambiar sus aparatos de predicción
meteorológica por una sala llena de pacientes con artritis y preguntarles si va
a nevar mañana”.
El doctor Makk no es el único que confirma la
existencia de éste fenómeno. Timothy
McAlindon, del Centro Médico Tufts-New England, realizó un estudio para el Col Americano de Reumatología en 205 pacientes con artrosis de rodilla y llegó a la
conclusión de que existe una asociación sólida entre el clima y los dolores.
Actualmente este fenómeno “adivinatorio” se conoce como barrunto climatológico.
¿CIENCIA O PREMONICIÓN?
Ya en tiempos de los egipcios los curanderos se dieron
cuenta de este fenómeno. Sin saber muy bien por qué notaban cómo los enfermos
reumáticos mejoraban en lugares con buen clima y pocas variaciones de
temperatura. Con Hipócrates, padre de la medicina, se establece una clara
relación entre clima y salud y se fundan los principios de la Talasoterapia o
tratamiento a través de los elementos físicos y climáticos del mar.
Hoy el avance de la medicina ha podido dar una
explicación más concreta. En el aire existen unos iones llamados “Sferic” que
todas las personas podemos percibir. Cuando se acerca el mal tiempo se produce
una bajada de presión y un aumento de la humedad al mismo tiempo que se activan
estos iones. La “predicción” se debe a que los iones viajan a la velocidad de
la luz, por lo que los sentimos de uno a tres días antes de que llegue una
tormenta.
Una de cada tres personas es “meteorosensible”, lo que
quiere decir que nota con más fuerza la llegada de estos iones. Si ésa persona
es un paciente reumático se incrementan sus síntomas. La culpa de ello la
tienen unas terminaciones nerviosas llamadas barorreceptores que recogen los
cambios de presión y que todos tenemos en el extremo de los huesos que forman
una articulación. Dentro de la articulación hay una especie de gel viscoso
llamado líquido sinovial que protege del roce entre huesos y en condiciones
normales se encuentra en presión negativa. Cuando va a hacer mal tiempo la baja
presión atmosférica hace que el líquido se expanda, lo que envía información a
los barorreceptores y nuestro cerebro lo traduce como dolor.
Con la artrosis el cartílago que reviste el extremo
óseo se ha desgastado y los receptores son más susceptibles. Por otra parte, el
frío hace que el líquido sea menos viscoso y acorta los músculos y tendones de
la zona, por lo que el rango de movimiento también disminuye.
Degeneración del cartílago |
SOLUCIONES
Como hemos visto antes, la Talasoterapia tiene buenos
resultados en los procesos reumáticos. Sin embargo, tomarse unos días de
vacaciones en alguna playa o spa quizás no sea una opción al alcance de todos,
mucho menos durante estas fechas. Desde la fisioterapia existen tratamientos
igual de efectivos para disminuir el dolor, combatir la rigidez articular y
evitar las deformidades.
Parafina como solución |
Una de las opciones es la termoterapia. Dependiendo de
la fase en la que se encuentre el paciente podrá encontrar alivio a través de
elementos como infrarrojos, diatermia, baños de parafina, hielo o compresas de
calor.
Las técnicas manuales como el masaje, las
movilizaciones y la cinesiterapia asistida y activa alivian el dolor a la vez que
buscan recuperar movilidad.
Un buen programa de ejercicios o la práctica de
Pilates bajo la supervisión de un fisioterapeuta son útiles para corregir
posturas y obtener un equilibrio en el tono muscular.
También podemos asistirnos de la acupuntura, que
resulta especialmente efectiva en artritis reumatoide. Otras técnicas más
convencionales pueden ser la aplicación de TENS o iontoforesis para regenerar
tejidos y lograr un afecto analgésico.
El uso de férulas y ortesis para luchar contra la
rigidez articular y la retracción muscular pueden ayudar también en estados
avanzados de la patología.
Finalmente, un programa dietético bien elaborado puede
ser el complemento perfecto a la fisioterapia en estos pacientes. Perder peso
disminuye la carga articular y protege el cartílago. El nutricionista podrá
determinar que alimentos son buenos o malos para cada caso concreto.
Buen articulo, enhorabuena, me aclaró muchas cosas.
ResponderEliminargracias